jueves, 26 de enero de 2012

Y cuando terminemos la carrera... ¿qué?

Hoy en clase estaba previsto ver una película, pero, como ya vimos el cuatrimestre pasado, una de las desventajas de las nuevas tecnologías que no dependía de nosotros era que podían fallar. El problema estaba en que el sonido no se escuchaba y por eso no hemos podido ver la película. Así que hemos hablado a cerca de las opciones laborales que tendremos cuando finalicemos nuestra carrera.

En la actualidad, con la crisis azotando al país y como todos sabemos, no se han ofertado oposiciones. Por lo tanto, es un buen momento para ir formándose intelectualmente haciendo algún máster, posgrado o quizás otra carrera.

Pero principalmente, cuando terminemos la carrera las opciones que se nos presentan son dos: la escuela pública y la escuela privada. En ambas opciones debemos tener una formación académica, puesto que, como sabemos, siempre escogen a los mejores y a aquellas personas que están bien formadas.

Por lo tanto, nuestra andadura ya ha comenzado. Debemos tener un buen expediente académico para así adjuntarlo a nuestro currículum si optamos por las escuelas privadas o concertadas y del mismo modo si deseamos opositar. 

En cuanto a la escuela pública, es muy importante tener claro cuáles son los requisitos imprescindibles para acceder a las oposiciones y qué formación, independientemente de tu carrera, suma puntos una vez hayas aprobado las oposiciones.

Para poder saberlo, hemos accedido al BOE y hemos analizado punto por punto todas aquellas cosas que suman puntuación, aunque solo podemos sumar hasta un máximo de 10 puntos. La experiencia laboral suma muchos puntos, y es algo que no tendremos una vez finalizada la carrera, pero tenemos otras posibilidades.

Tener un título de la Escuela Oficial de Idiomas en el nivel avanzado suma 0,5 puntos del mismo modo que tener títulos de música, danza o artes reconocido por el Estado. Por lo tanto, debemos tener en cuenta la importancia de estas modalidades en nuestra formación académica.





También sería conveniente hacer cursos relacionados con las nuevas tecnologías, psicopedagogía, idiomas, etc. Es decir, todo aquello relacionado con nuestra profesión. Pero debemos tener en cuenta la validez de estos cursos. Sabemos por el BOE que todos aquellos cursos realizados en las universidades públicas están certificados por la NECA, organismo que regula los estudios universitarios. Pero si hacemos un curso en una universidad privada debemos de ver si está certificado oficialmente.




Estos cursos se puntúan por horas, es decir, si no es inferior a 30 horas tendremos 0,2 puntos y si no es inferior a 100 horas tendríamos 0,5 puntos. 

También se puntúan otros méritos como los ofertados por el CEFIRE, que es el centro de formación del profesorado, como por ejemplo los grupos de trabajo para las personas que trabajan en un colegio público o concertado.

Otro aspecto que me parece importantísimo y que hemos tratado en clase es el valenciano. Para poder opositar en la Comunidad valenciana es un requisito imprescindible haber cursado tres años la asignatura de Valencià entre la ESO y Bachillerato. Sino se tiene este título se debe optar por el examen del Grau Mitjà, corregido por la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià o bien se debe realizar un examen extraordinario una semana antes de las oposiciones. 



En mi opinión, creo que el valenciano debe ser una prioridad, sobre todo si se tiene pensado trabajar en la Comunidad Valenciana. Para ello, además de tener lo básico, también sería interesante obtener el certificado de la capacitació para poder dar clase en valenciano ya que prácticamente todos los colegios de la Comunidad Valenciana tienen línea valenciana así como el diploma del mestre de valencià que nos capacita para dar clases de valenciano. 

A parte de todo esto Alicia nos ha enseñado que en la página del sindicato de la enseñanza podemos ver las vacantes que existen en los centro concertados.

Una vez terminada la clase de hoy, aunque ya desde hace tiempo Alicia nos traslada esta idea, me ha quedado muy claro que la formación como maestros no termina cuando acabamos nuestra carrera, sino que debemos estar continuamente formándonos, pero incluso desde ahora mismo. Debemos tener una formación permanente pues esto se valora en los accesos a los trabajos.

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